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La imaginación moral

El arte y el alma de laconstrucción de la paz

John Paul Lederach

bakeaz gernika gogoratuz

RED GERNIKA

La imaginación moral

El arte y el alma

de la construcción de la paz La edición de este libro ha sido posible gracias a la financiación de la Dirección de Derechos Humanos del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco.

La imaginación moral

El arte y el alma

de la construcción de la paz

John Paul Lederach

Título original: The Moral Imagination. The Art and Soul of Building Peace.

Traducción del inglés: Teresa Toda.

Revisión de la traducción: Blanca Pérez y Amanda Romero. Ilustración de cubierta: September 11,por Akmal Mizshakarol. La ilustración de cubierta, obra de Akmal Mizshakarol, se ha reproducido con el permiso de Akmal Mizshakarol y de John Paul Lederach. El prólogo a la edición en castellano, firmado por Vicent Martínez Guzmán, se ha incluido con el permiso de John Paul Lederach. Copyright © 2005 by Oxford University Press, Inc. The Moral Imagination. The Art and Soul of Building Peace,by John Paul Lederach, was originally published in English in 2005. This translation is published by arrangement with Oxford University Press. The Moral Imagination. The Art and Soul of Building Peace,de John Paul Lederach, se publicó originalmente en inglés en 2005. Esta traducción se publica con arreglo a un acuerdo con Oxford University Press.

© John Paul Lederach, 2007

© Bakeaz, 2007

Santa María, 1-1.

o • 48005 Bilbao

Tel.: 94 4790070 • Fax: 94 4790071

Correo electrónico: bakeaz@bakeaz.org

http://www.bakeaz.org

© Gernika Gogoratuz, 2007

Artekalea, 1-1.

o • 48300 Gernika-Lumo

Tel.: 94 6253558 • Fax: 94 6256765

Correo electrónico: gernikag@gernikagogoratuz.org http://www.gernikagogoratuz.org

ISBN: 978-84-88949-85-1

Depósito legal: BI-3385-07

Colección Red Gernika

Directora de la colección: María Oianguren Idigoras

Este libro está dedicado a Rose Barmasai

Y así nos levantamos,

Bailarines del Polvo,

sandalias sobre la tierra, entre el calor y las hogueras.

No importa la oscuridad,

porque ella se levanta cada noche, la sonrisa revoloteando, los ojos de los antepasados iluminando el cielo del valle del Rift.

Ella, Rose.

A la memoria de Rose Barmasai

9 de marzo de 2000

John Paul Lederach

So we rise / Dust Dancers / Sandals to the ground / Between heat and fires. / No matter the dark / For she rises each night / Smile bouncing / Ancestor eyes lighting / The Rift Valley sky. / She, Rose.

Índice

Prólogo a la edición en castellano. Sobre la construcción de las paces con imaginación

Vicent Martínez Guzmán11

Reflexiones para un prefacio 21

Agradecimientos 29

I. Sobre el planteamiento del problema y la tesis 31 II. Sobre cómo abordar la imaginación moral.

Cuatro relatos 35

III. Sobre este momento. Puntos de inflexión 53 IV. Sobre la sencillez y la complejidad. Hallar la esencia de la construcción de la paz 65 V. Sobre los acuerdos de paz. La imagen de una línea en el tiempo 79 VI. Sobre el don del pesimismo. Percepciones desde la geografía de la violencia 91 VII. Sobre la estética. El arte del cambio social 107 VIII. Sobre el espacio. La vida en la telaraña 119

IX. Sobre la masa y el movimiento. La teoría

de la levadura crítica 135 X. Sobre la observación de redes. Hallar el alma del lugar 155 9

XI. Sobre la serendipia. El don de la sagacidad

accidental 171

XII. Sobre el tiempo. El pasado que se extiende

ante nosotros 193 XIII. Sobre los flautistas de Hamelín. Imaginación y creatividad 217 XIV. Sobre la vocación. El misterio del riesgo 233

XV. Sobre las conclusiones. El imperativo

de la imaginación moral 243

Epílogo. Una conversación 253

Glosario 255

Bibliografía 261

10

Prólogo a la edición

en castellano

Sobre la construcción de las paces

con imaginación D urante los días en que estaba preparando este prólogo (junio de 2007), se hizo público el comunicado de ETAsegún el cual, desgraciadamente, se daba por finalizado el alto el fuego indefini- do que tantas esperanzas produjo en tanta gente. Sensación de impotencia una vez más, porque de nuevo podemos sumirnos en más dolor, más sufrimiento y más violencia de todo tipo: de nuevo tinieblas y oscuridad.

En el capítulo

VIde este volumen, John Paul Lederach cuenta

sus sentimientos y los de algunos amigos de Colombia frente a situaciones de violencia profundamente arraigada y de conflictos duraderos, aludiendo a la experiencia del salmista que en la tra- ducción de la Biblia de Jerusalén dice: "¿Se conocen en las tinieblas tus maravillas, o tu justicia en la tierra del olvido?» (Salmos 88, 12). Este libro intenta ser una conceptualización de la propia prácti- ca como constructor de paces del autor, que actualiza las reflexiones de un trabajo anterior también publicado por Bakeaz y Gernika Gogoratuz, Construyendo la paz. Reconciliación sostenible en sociedades divididas(1998). En aquel libro la experiencia del salmista que le ser- vía como guía para esquematizar el lugar llamado reconciliación era la del salmo 85, 10: "Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se besan». En aquella traducción, el amor venía expresado en términos de misericordia. 11 ¿Demasiado pesimista la situación del salmo 88, o excesiva- mente optimista - ideal, ilusoria, para ilusos - la del 85? Una de las tesis del libro que presentamos se basa en que es precisamente desde los escenarios de violencia desde los que hemos de construir la paz, añado, contando con las diversas maneras de hacer las paces que sabemos que tenemos los seres humanos. Además, no sólo hay que hacerlo con el entrenamiento de destrezas y siguiendo los pasos metódicos a que tantas veces nos hemos referido, buscando técnicas de mediación, sino agudizando nuestra imaginación moral y afinando nuestra sagacidad. Debemos aprovechar cualquier atis- bo de transformación pacífica que aparezca en medio de las dife- rentes expresiones dolorosas de violencia: recordar aquel relato, compartir esta comida, usar aquella frase adecuada fuera de las conversaciones formales de mediación, cantar aquellas canciones, ejecutar aquella danza, sentir esta caricia..., pueden simplificar la complejidad de las situaciones y, como por azar, casi por chiripa, de manera serendípicaconvertirse en indicadores de transformación pacífica de nuestros conflictos violentos. Este libro se publica en dos lugares que pueden producirnos percepciones de ser lo que Lederach llama "geografías de violen- cia»: en Colombia, con la colaboración de Justapaz para difundirlo por América Latina, y en el País Vasco, donde los indicadores de reconciliación podrían entremezclarse de nuevo con duras expe- riencias de oscuridad. De hecho, el Centro de Investigación por la Paz Gernika Gogora- tuz se ha convertido, desde su fundación, en un referente mundial de búsqueda de las diversas formas de hacer las paces, tanto en momen- tos de esperanza y convivencia pacífica - que los hay, y muchos, en la vida cotidiana del País Vasco - como en tiempos duros en los que la violencia - que, por desgracia, también existe - ha cegado el reco- nocimiento de la vida pacífica cotidiana. Los propios nombres de las jornadas y reuniones que hemos mantenido recientemente en Gerni- ka muestran esa complejidad de conciencia de la violencia y realidad de convivencia pacífica. En otoño de 2005 las jornadas organizadas en colaboración con la Asociación Española de Investigación para la Paz (AIPAZ) llevaban por título "El papel de la investigación para la paz ante la violencia en el País Vasco», que dieron lugar a un libro homónimo publicado por Bakeaz y Gernika Gogoratuz (2006). Las celebradas en abril de 2006, después de la declaración del alto el fuego permanente, se llamaban "La dimensión temporal de la recon- ciliación en construcción de la paz». Del otoño a la primavera pasa- mos del análisis de la violencia al de la reconciliación.

LA IMAGINACIÓN MORAL

12 Este año 2007, Gernika Gogoratuz celebra el vigésimo aniver- sario de su creación, que coincide con el septuagésimo aniversario del bombardeo de Gernika. Las jornadas que todos los años se orga- nizan alrededor del 26 de abril, aniversario del bombardeo, se cen- traron en este caso en "Gernika, el Guernicay las otras Gernikas. Simbología de Paz». Que el símbolo de un bombardeo nos enseñe cada año a "recordar Gernika», que es lo que significa Gernika Gogoratuz, para desaprender los horrores de la violencia y apren- der nuevas formas de convivencia, es un buen estímulo, a pesar de y como alternativa al último atentado terrorista de ETA en Madrid (diciembre de 2006), y al desafortunado final del alto el fuego per- manente. De nuevo - y, si cabe, cada vez con más esfuerzo - , tene- mos que seguir comprometidos con la transformación de los con- flictos y la construcción de las diversas formas de hacer las paces. La celebración del vigésimo aniversario de Gernika Gogoratuz con la publicación de este volumen es un indicador más de que el compromiso por hacer visible la convivencia pacífica, y por tras- cender los escenarios de la violencia, partiendo del reconocimiento realista de que, a veces, vivimos en situaciones de violencias com- plejas, continúa y debe continuar. Frente a las lógicas cerradas de que "no había más remedio que invadir Irak», "siempre ha habido ricos y pobres y los habrá» o "volvemos a la lucha armada porque ha fracasado el proceso de paz en el País Vasco», sabemos que tenemos la posibilidad de buscar otras lógicas. El arte de trabajar para hacer las paces siempre es impertinente y subversivo, porque busca en todo momento la posi- bilidad de hacernos las cosas de otras maneras, por medios pacífi- cos. Si falla la lógica, usamos la fantasía, la gramática de la fantasía, como dice Rodari (1976). Lederach lo expresa en este libro con la reivindicación de la "imaginación moral», como una aplicación de la "imaginación social» que desarrollara Mills (1993) a partir de 1959. Como ya se ha mencionado, el autor comienza haciendo una especie de revisión personal y biográfica de sus anteriores obras más académicas, para recuperar "el arte y el alma» de su propio quehacer como trabaja- dor y constructor de paz, partiendo del reconocimiento de una "vocación profunda» para esta tarea. Esta vocación va surgiendo a lo largo de las páginas en el marco de una conversación del autor consigo mismo, con los "profesionales» de la transformación de los conflictos y la construcción de la paz, y con los propios lectores. Por esta razón, estas reflexiones también están empapadas de esa con- versación a la que invita el autor.

PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN CASTELLANO

13 Aunque la construcción de la paz se puede "profesionalizar», responde a una vocación, una llamada interior, podríamos decir, una convicción profunda, en la que no sólo se trata de lo que hace- mos sino de profundizar en las raíces de lo que somos y cuál es el sentido y el fin que cada ser humano tenemos en la vida. Desde nuestros primeros trabajos en filosofía para la paz proponíamos también la relación entre "profesión» y "vocación» (Martínez Guz- mán, 2001: 21), que nos llevaba a realizar una filosofía para hacer las paces de acuerdo con lo que llamábamos el compromiso públi- co del filósofo: el filósofo como "funcionario de la humanidad». Para ello hacíamos uso de la relación en alemán, propuesta por el filósofo Husserl, entre profesión (Beruf)y vocación (Berufung). Por otra parte, desde la Pedagogía del oprimidode Freire (1975), aprendi- mos que la "concientización» no sólo requería la argumentación racional, sino precisamente esa convicción profunda que se expresa con emociones y sentimientos y que Lederach denomina vocación. Para ejercer esa vocación, no sólo hace falta aprender la "inge- niería de la paz», sino agudizar nuestra imaginación creadora, asumiendo el desorden y laconfusióniniciales a partir de los cuales creamos el conocimiento más sistemático. También en nuestra propuesta de filosofía para hacer las paces partíamos de la afir- mación kantiana de que los seres humanos tenemos como una "oscura metafísica moral» por la que reflexionamos sobre lo que son las costumbres humanas y sobre lo que deberían ser, simple- mente según la filosofía "mundana» y no "sistemática» (Martínez

Guzmán, 2001: 39 y ss.).

Lederach supera la dicotomía entre "habilidad» y "arte» por- que la construcción de la paz requiere ambas. Lo que ahora necesi- ta subrayarse es precisamente la capacidad artística que se muestra en el ejercicio de la imaginación. Supone un cambio de cosmovisión en el que se considere el trabajo de construcción de la paz más como un acto creativo afín a las iniciativas artísticas, que como procesos técnicos. Sin negar la importancia de las habilidades y las técnicas, Lederach considera que la fuente original de nuestro trabajo como constructores de paz surge de nuestra imaginación moral, que defi- ne como la capacidad de imaginar alguna cosa enraizada en los retos del mundo real, pero que, sin embargo, es capaz de hacer que nazca aquello que todavía no existe. En nuestra propuesta 1 (Martí- nez Guzmán, 2003), de manera paralela a estas reflexiones recupe- ramos la Pedagogía de la esperanzade Freire (1993), que era un com-

LA IMAGINACIÓN MORAL

14

1. Puede verse una educación para la paz desde la esperanza en Jares (2005).

plemento a la Pedagogía de la indignación (Freire, 2001). Allí Freire habla del compromiso con lo "inédito viable», que nosotros aplica- mos al arte de trabajar para haces las paces y que tendría que ver con esa imaginación moral de Lederach, que tiene sus raíces en los desafíos del mundo real actual y, añadiríamos, el sufrimiento que generan, pero que es capaz de hacer que nazca aquello que todavía no existe: mezcla "confusa» de indignación y esperanza. Además, venimos estudiando cómo la misma palabra griega, téchn¯e,servía para arte y técnica, y por consiguiente no había esa dicotomía que Lederach nos invita a superar. En indoeuropeo se remonta a teks-,que significa tejer, fabricar o construir, y la respec- tiva destreza u oficio del arte de tejer o construir (Roberts y Pastor,

1997). De esta manera se relacionaría con la transformación pacífi-

ca de los conflictos y construcción de la paz como el trabajo de las arañas cuando tejen la telaraña, que es una de las imágenes que uti- liza nuestro autor. Para ejercitar la imaginación moral que nos ayude en el arte de hacer las paces, no sólo es suficiente "el estudio de casos» sistemá- tico, que proporcione material empírico a nuestro marco teórico. Lederach cuenta cuatro relatos que son "toques» estimulantes de la imaginación moral, como fuente original de la que puede surgir el desarrollo de destrezas o habilidades, más metodológica y sistemá- ticamente planeadas. En estos relatos se aplica una "sagacidad accidental» específica que tenemos en la experiencia cotidiana y por la que muchas veces, por debajo o de manera complementaria a acciones perfectamente planificadas, se producen unos descubrimientos capaces de dar un giro a situaciones violentas o a conflictos profundamente arraiga- dos. A este descubrimiento fortuito o iluminadora casualidad, muchas veces ingenua, lo llama "serendipia» (serendipity). Alude a los príncipes de Serendip, que tenían una sagacidad especial para hacer importantes descubrimientos de manera fortuita. Así parece que ha funcionado muchas veces la ciencia (Roberts, 2004), y así lo propone Lederach para que agudicemos esa sagacidad serendípica en el arte de hacer las paces. En castellano, una palabra de uso coti- diano que podría reflejar el significado de serendipia, y que he usado al comienzo de estas reflexiones, podría ser chiripa,una espe- cie de "carambola» afortunada. A pesar del carácter metódico que Kant atribuye a la ciencia, en nuestra aplicación de algunas propuestas kantianas a la filosofía para hacer las paces también encontramos la noción de "sagacidad» (Mar- tínez Guzmán, 2001: 47 y ss.). Se relaciona en primer lugar con la

PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN CASTELLANO

15 capacidad técnicaque tenemos los seres humanos para manipular las cosas, caminar sobre los pies o nadar, por ejemplo. Es un tipo de sabi- duría que se da en lo que llamamos "una persona de mundo» (worldly wisdom en inglés, Weltklugheiten alemán). A veces tiene el sentido negativo de la "mala astucia» de usar a los demás para nues- tros propósitos. En segundo lugar, tenemos lo que Kant llama la sagacidad privada o personal (Privatklugheit),que, aunque también puede buscar el propio provecho, ya tiene en cuenta los fines de los demás. Esta sagacidad potencia lo que llama nuestra capacidad prag- mática. Así, en la práctica, esa capacidad puede ser moldeada por la cultura, por el cultivo de las cualidades sociales por el que llegamos a actuar de forma "educada», aunque no todavía "moral». Para potenciar esta sagacidad pragmática aprendemos mucho de la histo- ria. La historia es pragmática cuando nos hace sagaces en el sentido de cómo aprovecharla para lo mejor (ibídem: 48). La celebración cada año del aniversario del bombardeo de Gernika podría ser una apli- cación de la sagacidad en el desaprendizaje de determinada manera de configurar las relaciones humanas, y el aprendizaje de formas pacíficas de convivencia. Evidentemente, estas sagacidades, técnica y pragmática, han de ir coronadas por el desarrollo de la capacidad moral: no cualquier forma de ser sagaces sirve (ibídem: 52). De hecho, Kant (1991: 46) aplica el dicho evangélico "sed pru- dentes (phrónimoi)como serpientes y sencillos (akéraioi)como palo- mas» (Mateo 10, 16) a la relación entre política y moral. En política se puede tener esa prudencia, astucia o sagacidad, como también se ha traducido, pero siempre ha de tener la condición limitativa de la candidez, sencillez, incluso más etimológicamente por el sentido del término griego usado por el autor del evangelio, akéraioi,sin mezcla, "sin corrupción» política, podríamos decir. Es cierto que este sentido kantiano de "sagacidad», según como se mire, puede perder el encanto de la "sagacidad accidental» implí- cita en la serendipia tal como Lederach la usa. Todavía más si siguien- do el término evangélico para sagacidad (phrón¯esis)nos remontamos a la razón práctica aristotélica, que requiere sensatez para elegir el tér- mino medio si queremos actuar de manera excelente. 2

LA IMAGINACIÓN MORAL

16

2. No obstante, en la misma cultura griega clásica habría que ver el importan-

te papel de la tych¯e,la fortuna buena o mala que "nos sucede», más que de la que es consecuencia de "lo que hacemos», tal como estudia, por ejemplo, Nussbaum (1995). Aquí también encontramos un excelente análisis de la téchn¯eque hemos considerado como un posible origen del arte de trabajar para hacer las paces, y su contraste con esa buena o mala fortuna (tych¯e) que muestra cuán frágiles somos los seres humanos (ibídem: 143 y ss.). Sin embargo, creo que son importantes las características de la sagacidad técnica y pragmática de las que habla Kant, en tanto en cuanto se relacionan con la sabiduría mundana. La serendipia apa- rece precisamente en esa sabiduría mundana no planificada en la que "de repente» podemos dar con una posibilidad de transforma- ción pacífica de algún conflicto. Además, la frase evangélica que Kant recoge va precedida de otra en el mismo versículo: "Os envío como ovejas en medio de lobos». Es decir, como el mismo Lederach propone, "el don de la sagacidad accidental» acompaña al "don del pesimismo» que nos hace comprender el sufrimiento de las situa- ciones de violencia profunda y la necesidad de trascenderla. Es, también, lo que hemos expresado afirmando que hemos de ser "educados en la violencia, pero no para la violencia,sino para hacer las paces» (Martínez Guzmán, 2005). La introducción del pesimismo como un "don» nos proporcio- na elementos para afrontar la cuestión que planteábamos respecto a si los versos del salmo 88 son demasiado pesimistas y los del 85 excesivamente optimistas y hasta ingenuos. Es cierto que hereda- mos de Gramsci la frase sobre "el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad». Asimismo, Galtung (2003: 345) alude al "realismo en el cerebro, idealismo en el corazón». Ambas lúcidas frases nos estimularían hacia una nueva epistemología, una nueva manera de saber cómo podemos hacer las paces que superaran el dualismo entre el corazón y el cerebro, la inteligencia y la voluntad, o los sentimientos y la razón. De ahí que estemos trabajando, como Lederach mismo hace, por otras epistemologías que, más que deci- dirse por uno de los elementos de los pares dicotómicos, inserten las explicaciones en marcos conceptuales más amplios que estable- cen entre sí redes como las de las telarañas. La profunda y doloro- sa experiencia del salmista en el salmo 88, que lo sumerge en las tinieblas y en la sensación de vivir en la tierra del olvido, se entre- mezcla con la experiencia expresada en el salmo 85, en el que se señalan como indicadores para la reconciliación, la misericordia y la verdad, la justicia y la paz. En este libro, Lederach llama a esas profundas y complejas experiencias "pesimismo constructivo» como expresión de un "rea- lismo fundamentado». De otra manera, hemos venido a expresar (Martínez Guzmán, 2005) que no es más realista quien dice que esto no tiene remedio y proclama la profecía que se cumple a sí misma: como estamos inmersos en la violencia, ejercitemos más violencia y así se cumplirá la profecía de que estamos condenados a la violen- cia. De hecho, quien defiende estas posiciones no es "realista», sino

PRÓLOGO A LA EDICIÓN EN CASTELLANO

17 "idealista» en el peor de los sentidos: ideólogo que encubre la posi- bilidad de alternativas. De ahí nuestra frase alternativa de que "los pacifistas somos los realistas». Es desgraciadamente real, y nos produce pesimismo, el recono- cimiento y asunción de las complejidades de las múltiples formas de violencia, marginación y exclusión. Sin embargo, el realismo genuino también reconoce que en las relaciones humanas y entre los pueblos, podemos realizar, y muchas veces hemos realizado, acciones que incrementan la paz y la justicia, la verdad y la miseri- cordia. La condición humana es así de compleja, y ser auténtica- mente realista es asumir la complejidad de nuestra condición y aprender formas de trascender la violencia porque está dentro de nuestras capacidades como seres humanos. Lederach propone expresar la interacción entre la simplicidad y complejidad del realismo fundamentado estimulando la imagina- ción y su expresión estética en fórmulas como la del haiku. Inicial- mente remite a un tipo de estrofa japonesa que condensa una pro- funda experiencia estética para la que se requiere imaginación. Distingue la "actitud haiku», que sería la disciplina que nos prepa- ra para tocar y ser tocados por la belleza, desde la humildad y la sinceridad, y el "momento haiku», esa experiencia o intuición inme- diata del "¡ajá!» por el que llegamos a reconocer lo que el otro o la otra quieren decir. La primera vez que me encontré con versos haiku fue precisa- mente en el contexto de la guerra de los Balcanes, expresados por el poeta catalán Miquel Martí i Pol (2002). Algún haiku que expre- sa bellamente la experiencia de sufrimiento podría ser (ibídem: 14 y 19):

Diré Kosovo[Diré Kosovo

per dir el buit que culminapara decir al vacío que culmina l'horror del segle.el horror del siglo.]

La pau, pregonen,[La paz, pregonan,

i amb la boca petitay con la boca pequeña, criden la guerra.gritan la guerra.] Creo que esa experiencia estética, capaz de expresar de manera simple la complejidad de las experiencias de sufrimiento y espe- ranza, resuena también en la estructura de las llamadas fórmulas macarióticas con que se expresan las bienaventuranzas: "Bienaven- turados los que trabajan por la paz» (makárioi oi eir¯enopoioi)(Mateo

LA IMAGINACIÓN MORAL

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5, 9). Son exhortaciones ("¡ajás!») que tienen su contrapartida en los

"ayes» del evangelio de Lucas, que serían "¡ajás!» de increpación o lamentación. Se llaman fórmulas macarióticas porque comienzan con la expresión makárioi. La felicidad macariótica no es una mera beatitud de "contem- plación espiritualista, intimista y egocéntrica». Más bien se da en un contexto de subversión de la situación de injusticia, en la que se exhorta a que se trabaje "poiéticamente» para hacer las paces. Se anuncia o exhorta a una dicha o buenaventura que producirá un giro decisivo en la situación calamitosa de los pobres, los ham- brientos, los afligidos o los que lloran; se resalta la nueva felicidad de los misericordiosos, los puros, los que trabajan por la paz y los humildes, todo esto como preludio del anuncio de la noviolencia de no devolver mal por mal, que será la forma de actuar si queremosquotesdbs_dbs47.pdfusesText_47
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