[PDF] Maupassant y su familia secreta

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Maupassant y su familia secreta

por José Manuel Ramos González (Extraído del libro "La ecuación Maupassant") Rechaza la idea de la reproducción como un vomito. (Armand Lanoux. Maupassant le bel-ami) Maupassant fue un soltero impenitente que rechazaba cualquier atadura, procediese de un ideal o de una mujer, y el matrimonio constituía un yugo para él. Por añadidura consideraba a la mujer en un plano intelectualmente inferior y era un misógino declarado. Rodeado de mujeres de todo tipo y condición, tuvo una vida sexual intensa, y podríamos afirmar que muy por encima de la media del más común de los mortales. Su madre, en vez de alentarlo a mantener una relación duradera que aportase un cierto orden y estabilidad emocional a su vida de desenfreno, fomenta esa misoginia y desdén hacia las mujeres. Un hecho que reafirma la actitud de su madre al respecto, es

la relación abiertamente hostil que ésta mantuvo con su nuera Maríe Thérèse, esposa de

Hervé, hermano de Guy, llegando incluso a intentar arrojarla de su casa en más de una ocasión. La heredera universal de Maupassant fue su sobrina Simone, hija de Hervé y

Marie Thérèse, pero en su testamento añadió una cláusula por la que la madre de la niña

no podría disfrutar en ningún momento de la herencia. Este cruel desprecio hacia su cuñada fue instigado con toda seguridad por Laure. En esta tesitura Maupassant mantiene relaciones esporádicas, encuentros breves,

escarceos amorosos de un día, pero nunca se compromete más allá de un vínculo

temporal o superficial. Al menos todo eso es lo que nos cuentan sus primeros biógrafos que disponían de testimonios de primer orden ya que obtenían la información de personas que habían conocido personalmente al propio Maupassant o a su madre, en ocasiones de un modo

íntimo.

El hecho de no descubrir ningún asunto ajeno a esta actitud célibe voluntariamente aceptada, provoca que lo que se destaparía diez años después de la muerte del escritor, ¡¡diez años!!, resultara una sorpresa mayúscula e indujera a muchos a dudar de su autenticidad de un modo categórico. Todavía hoy en día es una incógnita más sin desvelar en esta tan complicada ecuación que constituye la vida de este escritor. El 11 de diciembre de 1903, y en primera página, un periodista anónimo publica en el rotativo parisino L"Eclair la noticia de que Maupassant había tenido tres hijos de una mujer alsaciana de nombre Joséphine Litzelmann. El asunto habría sido muy difícil de ocultar para un personaje público de la talla de Maupassant y diez años después de su muerte más complicado todavía, pues nada había que temer. La información estaba rodeada de unas circunstancias un tanto sospechosas: era anónima y no documentada. De hecho la noticia pasó desapercibida y tuvo muy poco eco. Pero otro periodista, Auguste Nardy, acomete la investigación 24 años más tarde, en 1927. Y una vez iniciadas las

Lucien Litzelmann

http://www.iesxunqueira1.com/maupassat pesquisas correspondientes, logra encontrar a esos tres supuestos hijos en Sens. Joséphine, su madre, ya había fallecido en 1920. Eran Lucien, Lucienne y Margheritte Litzelmann que, registrados con el apellido de su madre, habían nacido respectivamente en 1883, 1884 y 1887. La aparición en escena, aunque tardía, de los Litzelmann generó una serie de incógnitas a añadir a la ingente cantidad de misterios que rodeaban ya la vida del escritor. Todo parece apuntar a que se mantuvo un pacto de silencio tras la muerte de Maupassant acerca de la existencia de esos tres supuestos hijos. Ellos, aunque afirman categóricamente ser hijos de Maupassant, no reivindican absolutamente nada. Bien al contrario, se lamentan del acoso periodístico al que se ven sometidos, aduciendo que ya es tarde para sacar a la luz la verdad. De todos modos hablan de sus recuerdos infantiles en compañía de su padre. Lo recuerdan cariñoso, fumador empedernido, y Lucienne manifiesta que no le gustaban las fotografías, hecho que en esa época, solamente podían conocer sus más allegados o los especialistas en el escritor. Joséphine Litzelmann fue el mayor adalid de ese silencio, respetando no se sabe qué posible juramento realizado a su amante. Prácticamente se desconoce todo de Joséphine Litzelmann, excepto que era una muchacha de origen alsaciano que emigró a París en busca de una vida mejor y donde probablemente conoció a Maupassant. Era tan furtiva su relación con el escritor, que incluso no hablaba de ella con sus hijos, una vez fallecido éste. Sus hijos desconocían cómo y dónde se habían conocido y muy pocos detalles de su padre, que murió siendo ellos muy pequeños y a quiénes veía esporádicamente. Muchas de las más importantes biografías de Maupassant, sobre todo las de Normandy, Dumesnil, Maynial, Lemoine y Morand, entre otras, no mencionan en absoluto la existencia de los Litzelmann. Otras obras la mencionan como una anécdota y una falacia, ya que, según estos autores, en caso de ser así, resulta imposible carecer de cualquier documento que, por ínfimo que sea, pueda confirmar esa filiación. En efecto no se ha encontrado ninguna prueba documental que apoye la teoría de que los Litzelmann son hijos naturales de Guy de Maupassant, pero hay muchas pruebas circunstanciales muy difíciles de ignorar. La primera es el gran parecido físico entre

Lucien

y Maupassant, o entre Lucienne y Laure; los testimonios a favor de los propios protagonistas, el hecho de que Lucienne supiese que su padre odiaba las fotos...y muchas más. La propia obra de Maupassant testimonia una latente preocupación por la existencia de los hijos ilegítimos. Cuentos como El parricida, El hijo, La criatura, El papá de Simon, etc., dan fe de que para Maupassant el tema resultaba casi obsesivo y constituía un recurrente en su narrativa, habiendo sido escritos en los años en que nacen los niños. ¿Qué fue entonces lo que motivó esa ocultación? Hay varias razones, sin duda. La primera, la cobarde y sumisa actitud ante su madre. Aunque Maupassant trataba de evitar todo tipo de lazo, tuvo en su madre a la mayor de sus ataduras, el yugo que marcó su destino desde su nacimiento. Él siempre manifestó su preocupación por el bienestar y

la salud de su madre, inquietándose cuando ésta le escribía comunicándole que se

encontraba enferma, cosa que ocurría con frecuencia ya que Laure era una enferma crónica que se aprovechaba de su delicada salud para chantajear sentimentalmente a su hijo. Nunca se conoció muy bien la naturaleza de su enfermedad, por lo que los médicos la achacaban a desarreglos de naturaleza nerviosa. Nuestra opinión es que, tras haber sobrevivido a su hijo diez años y fallecer anciana, su enfermedad era en parte imaginaria y una arma para mantener en vilo a su hijo. Como se suele decir, tuvo una mala salud de hierro. Maupassant consideraría que si su madre se enterase de esa descendencia innoble, le provocaría un disgusto que la llevaría a la tumba. Por http://www.iesxunqueira1.com/maupassat añadidura, Joséphine era alsaciana, lo cual era casi como decir prusiana, ya que Alsacia

había sido incorporada a Prusia después de la guerra de 1870. ¿Cómo iba Guy a

mantener relaciones con una enemiga de la patria? Es curiosa la arrogante reacción de Laure cuando se le hace saber que L"Eclair publica la existencia de tres supuestos hijos de Guy. Dirigiéndose hacia un estante de la biblioteca y mirando los libros de su hijo, dice a su interlocutor: ¿Hijos?...Solo conozco a esos. Aprovechándose de su debilidad, de su soledad, de sus desgracias, de su enfermedad e incluso de su necesidad de dinero, Laure hizo todo lo posible para conservar a su hijo, defendiéndolo de Joséphine Litzelmann como de cualquier otra mujer. 1 Y por último razones de tipo social. Él frecuentaba un ambiente en el que la

tenencia de hijos ilegítimos estaría mal visto e incluso podría llegar a perjudicarle

personal y profesionalmente. Si realmente los Litzelmann eran hijos de Maupassant, hay que reconocer que lograr ocultar los hechos en vida y diez años más tras su muerte, revelaba una estrategia cuidadosamente estudiada, desde luego llevada a cabo con la complicidad de Joséphine

y por supuesto con la célebre discreción de Tassart, a quién Lucienne Litzelmann

culpará de la desgracia de su familia. Hoy en día los biógrafos de Maupassant dedican algunas páginas a dar fe de la existencia de estas tres personas, manteniendo una rigurosa cautela en cuanto a una conclusión definitiva, como Armand Lanoux que establece los hechos circunstanciales de los que hablábamos anteriormente, pero no se posiciona de un modo claro. Por el contrario hay especialistas, como Noëlle Benhamou, que incluso llegan a hacer de Joséphine Litzelmann una especie de heroína romántica y abnegada enamorada, e identificándola, matando así dos pájaros de un tiro, con uno de los más misteriosos personajes que figuran en los Souvenirs de Tassart: la famosa mujer de gris, a la que el mayordomo culpa de las desgracias de su señor, basándose en gran parte en la obsesión de Maupassant por los hijos ilegítimos. En efecto, el caso Litzelmann es más que una anécdota biográfica pues la triple paternidad no confesa de Maupassant aparecía a modo de filigrana en sus escritos e ilumina una parte de su obra: especialmente la obsesión por la bastardía y el hijo abandonado que invade sus relatos en 1883, 1884 y 1887, precisamente los años de nacimiento de los niños Litzelmann. 2 Otro biógrafo de la misma opinión es Jaques Louis Douchin quién apunta: En todo caso, no es más que a partir de la primavera de 1890 cuando Tassart la hace entrar en escena [Joséphine]. Y eso, a fin de subrayar su "responsabilidad » en la evolución de la enfermedad de Guy. Y él acentúa los rasgos, voluntariamente. Dramatiza. Representa a Joséphine bajo el aspecto de una enigmática " mujer fatal », siempre evitando desvelar su identidad, - ¡ sin ni siquiera atribuirle una inicial

1 Armand Lanoux. Maupassant le bel ami. Librairie Fayard. Paris. 1967.

2 Noëlle Benhamou. Joséphine Litzelmann: la misteureuse dame de gris de Guy de Maupassant. Les

Cahiers Nauralistes. nº 73. 1999.

http://www.iesxunqueira1.com/maupassat cualquiera ! Pues el misterio añade el efecto buscado. ¡ Es de una gran maestría ! 3 Como podemos comprobar una vez más parece inverosímil tanta confusión. Llegado a este punto volvemos a preguntarnos como es posible que la vida de un personaje público y tan célebre en vida como fue Maupassant, presente tantas interrogantes y esté rodeado de tantas incertidumbres. Nuestra ecuación comienza a hacerse cada vez más complicada e irresoluble.

José M. Ramos González

maupassant@gmail.com

Pontevedra, 2009

3 Jacques Louis Douchin. La Vie erotique de Guy de Maupassant. Editions Suger. Mesnil-sur-l"Estrée.

1986
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